Minerales

¿Qué son los macrominerales?

Los macrominerales son esenciales para mantener la salud y el bienestar general del cuerpo. El calcio, por ejemplo, es vital para el desarrollo y el mantenimiento de huesos y dientes fuertes. También desempeña un papel crucial en la función muscular y la coagulación de la sangre. El fósforo, otro macromineral, también es importante para la salud de los huesos y los dientes, y ayuda al cuerpo a utilizar carbohidratos y grasas para obtener energía. El magnesio es esencial para el correcto funcionamiento de las enzimas y los músculos, y también interviene en la formación de huesos y dientes.

¿Qué son los oligoelementos?

Los oligoelementos también son importantes para mantener una buena salud. El hierro, por ejemplo, es esencial para la producción de glóbulos rojos, que transportan oxígeno por todo el cuerpo. El zinc interviene en el sistema inmunológico, la cicatrización de heridas y el sentido del gusto y el olfato. El yodo es necesario para la producción de hormonas por parte de la glándula tiroides, que regula el metabolismo. El cobre es importante para la formación de glóbulos rojos, colágeno y el sistema nervioso. El selenio es un antioxidante y también juega un papel en el sistema inmunológico.

¿Cuál es la diferencia entre macrominerales y oligoelementos?

Los macrominerales y los oligoelementos son ambos tipos de minerales que son esenciales para mantener una buena salud. Sin embargo, hay algunas diferencias clave entre los dos grupos.

Los macrominerales son minerales que el cuerpo necesita en mayores cantidades. Estos incluyen calcio, fósforo y magnesio. Desempeñan papeles importantes en el mantenimiento de huesos y dientes fuertes, la función muscular y la coagulación de la sangre. Generalmente, se requieren en cantidades de 100 miligramos o más por día.

Por otro lado, los oligoelementos son minerales que el cuerpo necesita en cantidades más pequeñas. Estos incluyen hierro, zinc, yodo, cobre y selenio. Tienen funciones importantes en el sistema inmunológico, la cicatrización de heridas, el sentido del gusto y el olfato, y la producción de hormonas. Por lo general, se necesitan en cantidades de menos de 100 miligramos por día.