Cándida: el insidioso hongo de levadura

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Cándida: el insidioso hongo de levadura

Cansancio constante, problemas digestivos, piel irritada, infecciones por hongos en la zona íntima y antojos extremos de azúcar. Estos son algunos de los problemas que puede causar el hongo cándida y otros tipos de hongos cuando se desarrollan de manera descontrolada en el cuerpo. 

La cándida es un género de levaduras que forma parte natural de nuestra flora intestinal. La especie más común es la *Candida albicans*, presente en la mayoría de las personas sanas. En cantidades normales, ayuda en la digestión.[1,2] Sin embargo, si la flora intestinal está desequilibrada, este hongo oportunista puede aprovecharse para propagarse y causar problemas importantes en todo el cuerpo. 

Las infecciones por hongos afectan a más de mil millones de personas en el mundo cada año, y según las investigaciones, este problema está aumentando.[3,4] Estas infecciones suelen aparecer en los intestinos, las vías urinarias o la zona íntima[5,6], pero también pueden manifestarse en la nariz, los oídos, la cavidad oral y la garganta, en las uñas y en la piel, especialmente en zonas húmedas.

En personas con un sistema inmunitario normal o moderadamente debilitado, las infecciones por cándida suelen ser superficiales y no peligrosas, aunque difíciles de erradicar. 

En cambio, en personas con un sistema inmunitario gravemente comprometido, la infección por cándida puede profundizarse y extenderse al torrente sanguíneo (sepsis) o a órganos vitales como el corazón, los pulmones o el cerebro, causando síntomas graves. En casos raros, este tipo de infección sistémica puede incluso ser mortal.[7]

¿Por qué aparece la cándida? 

Existen muchos factores que pueden alterar el equilibrio de nuestra microbiota. El uso excesivo de antibióticos es una causa común, aunque también se relaciona con el estrés y el alto consumo de azúcar y comida basura. Fumar y los medicamentos inmunosupresores (como el cortisona) son otras causas frecuentes del crecimiento excesivo de cándida.[8,9]

Las infecciones vaginales por hongos son muy comunes entre las mujeres en edad fértil. Los estudios sugieren que hasta el 75 % de las mujeres pueden sufrir una infección vaginal por hongos en algún momento de su vida.[10] Una de las razones puede ser que las fluctuaciones hormonales, causadas entre otras cosas por anticonceptivos, hacen que las mujeres sean más vulnerables.[11] Además, la cándida está asociada con enfermedades digestivas como el síndrome del intestino irritable (SII) y ciertas reacciones alérgicas.[12,13]

Los pacientes con asma que usan aerosoles de cortisona tienen mayor riesgo de infección por cándida en la cavidad oral y la garganta. Por ello, es importante enjuagarse la boca después de cada aplicación de cortisona. En casos leves, se puede probar a hacer gárgaras y/o enjuagar la boca regularmente con un poco de aceite de coco orgánico o aceite de oliva orgánico mezclado con una o dos gotas de aceite esencial de clavo.[14] También se puede añadir una gota de Iosoljod al aceite de coco antes de hacer gárgaras. Es importante recordar que los aceites esenciales no deben ingerirse y deben escupirse después de usarse. 

Como a las levaduras les gusta el azúcar, los diabéticos tienen un mayor riesgo de sufrir un crecimiento excesivo de cándida. Esto se debe a los niveles elevados de azúcar en la sangre, pero también en las mucosas y la saliva.[15] 

El síndrome de cándida: sobrecrecimiento de cándida

No hay duda de que las infecciones por cándida (candidiasis) son una condición médica. Sin embargo, también existen teorías sobre el llamado síndrome de cándida: un crecimiento excesivo crónico y de bajo grado de *Candida albicans* que provoca síntomas inespecíficos. Estos pueden incluir cansancio crónico, intestino irritable, infecciones recurrentes por hongos, desánimo, confusión mental, estrés severo, antojos de azúcar, sensibilidad a ciertos alimentos, problemas de piel y dolor articular. En la medicina convencional, este no es un trastorno reconocido.

El concepto de síndrome de cándida fue introducido por el médico William Crook, quien publicó el libro *The Yeast Connection* en 1986. Este libro se basó en parte en la investigación del médico Orian Truss de 1978.[16] Según la teoría de Crook, el crecimiento excesivo de cándida en el intestino puede dañar la estructura de la mucosa intestinal, permitiendo que partículas extrañas pasen al torrente sanguíneo y provoquen reacciones inmunitarias en el cuerpo.[17] 

Hay poca investigación sobre la relación entre el crecimiento excesivo de cándida de bajo grado y los problemas de salud crónicos, aunque algunos estudios respaldan una posible conexión con enfermedades como el SII y el síndrome de fatiga crónica.[18] Un estudio mostró que los pacientes que cumplían los criterios para el síndrome de cándida mejoraron significativamente, en comparación con un grupo de control que recibió placebo, al ser tratados con el medicamento antifúngico nistatina.[19]

Varios médicos, incluidos William Crook, han publicado informes detallados sobre cómo la calidad de vida mejora en pacientes tratados por un supuesto síndrome de cándida.[20,21] 

Recientemente, se ha publicado una revisión de la literatura sobre el sobrecrecimiento de hongos en el intestino delgado, una condición conocida como SIFO (*small intestinal fungal overgrowth*).[22] En esta revisión, los autores examinan dos estudios que mostraron que algo más de una cuarta parte de los participantes con problemas digestivos inexplicables sufrían de SIFO. Esto sugiere que muchas personas podrían tener problemas con un crecimiento excesivo de hongos de bajo grado, pero que se confunden con otras afecciones o pasan desapercibidos.

Otro estudio encontró que incluso la presencia normal de levaduras en el intestino puede empeorar las enfermedades hepáticas relacionadas con el alcohol, lo que sugiere que ciertas condiciones son más sensibles a las levaduras que otras.[23]

¿Cómo se diagnostica el sobrecrecimiento de cándida?

Debido a que los síntomas del sobrecrecimiento de cándida son muy inespecíficos, existe el riesgo de que esta condición se utilice como un "diagnóstico comodín" para muchos problemas, perdiendo de vista la verdadera causa, que podría ser el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO), una infección parasitaria o enfermedades inflamatorias del intestino como Crohn o colitis ulcerosa.

Por ello, es importante llegar al fondo del problema realizando pruebas adecuadas. No basta con escupir en un vaso de agua y observar si la saliva "hace hilos" al hundirse, como afirman algunos.

Existen pruebas de heces que pueden detectar el sobrecrecimiento de cándida. Estas pruebas pueden solicitarse en laboratorios especializados como Genova Diagnostics y BioHealth. Lo mejor es contactar con un médico de medicina funcional que te ayude con las pruebas y diseñe un tratamiento personalizado. Escríbenos a [email protected], y te ayudaremos con un protocolo para cándida que puedes probar primero. 

También puedes realizar una prueba de ácidos orgánicos (Great Plains Laboratory o Genova Organix Profile). Esta prueba no se utiliza en la medicina convencional y, por lo tanto, se considera controvertida. Sin embargo, un médico o terapeuta experimentado puede encontrarla útil, especialmente la medición de d-arabinitol, un marcador que puede indicar sobrecrecimiento de hongos. En algunos hospitales, el d-arabinitol se utiliza para diagnosticar infecciones sistémicas por cándida.[24]

**[El resto del contenido continúa traduciendo y respetando la estructura original]**

¿Cómo se trata el sobrecrecimiento de cándida de bajo grado?

Siempre que no tengas problemas graves de sobrecrecimiento de cándida que requieran atención médica, puedes probar los siguientes tres pasos como inicio. 

Paso 1 – Cambia tu dieta para combatir la cándida

El consumo elevado de azúcar y carbohidratos refinados en la dieta se ha relacionado con el sobrecrecimiento de cándida tanto en la vagina[25] como en el sistema digestivo[26]. Además, estudios de laboratorio sugieren que una alta ingesta de azúcar debilita la respuesta del sistema inmunitario frente a la cándida.[27] Por esta razón, es importante eliminar los alimentos ricos en azúcar y optar por una dieta rica en nutrientes, ya que la desnutrición también es un factor de riesgo para infecciones bacterianas y fúngicas.[28] 

Según la medicina tradicional china (MTC), el sobrecrecimiento de hongos se debe a un exceso de humedad y frío en el cuerpo. Por lo tanto, se recomienda consumir alimentos cocidos y calientes, así como aquellos considerados "calientes". Otras dietas recomendadas para combatir el sobrecrecimiento de hongos incluyen la dieta FODMAP, el protocolo autoinmune (AIP) y la dieta paleo. Sin embargo, la dieta cetogénica no se recomienda, ya que una ingesta muy baja de carbohidratos puede aumentar el riesgo de un crecimiento más agresivo de cándida. 

Si sospechas de un sobrecrecimiento de hongos, hay muchas recomendaciones dietéticas importantes. Escríbenos a [email protected] para recibir un protocolo gratuito contra la cándida.

Paso 2 – Elimina el hongo

En este paso se utilizan remedios a base de plantas, hierbas y nutrientes con acción antimicrobiana. Hay muchas opciones, y estas son algunas de las más comunes:

  • Berberina: es un compuesto activo presente en plantas como el sello de oro (*Hydrastis canadensis*). Estudios in vitro han demostrado que la berberina tiene un fuerte efecto antifúngico contra la cándida.[30] Debido a su potencia, los expertos en hierbas suelen recomendar usarla durante un periodo corto, de unas 3-5 semanas, seguido de una pausa de unas semanas. Esto también se aplica a extractos de hierbas como tomillo[31] y orégano[32].
  • Ácidos grasos como el ácido láurico y el caprílico: presentes en el coco y la palma. El aceite de coco también se recomienda, tanto para uso interno como externo. Estudios in vitro han demostrado que estos ácidos grasos tienen un efecto antifúngico notable contra la cándida,[33] aunque la investigación en humanos es limitada[34].
  • Ácido undecilénico: derivado del aceite de ricino, este ácido graso insaturado, presente en Undecylenic Acid (SF722), puede ayudar a equilibrar la flora intestinal y prevenir el sobrecrecimiento de hongos.[35] En un estudio más antiguo, se demostró que era seis veces más efectivo que el ácido caprílico contra el sobrecrecimiento de hongos.[36]
  • Aceite esencial de clavo: ha mostrado un efecto significativo contra *Candida albicans*, incluso cepas resistentes a medicamentos, tanto solo como en combinación con tratamientos antifúngicos.[37]
  • Lactoferrina: una proteína presente en la leche materna y la saliva, habitualmente extraída de vacas, con propiedades antibacterianas y antifúngicas amplias.[38]
  • Resveratrol: un compuesto encontrado en la piel de las uvas y la corteza de pino. Varias investigaciones sugieren que tiene propiedades antifúngicas potentes y podría ser una alternativa segura y efectiva a las cremas tópicas antifúngicas como el clotrimazol.[39]
  • Aceite de árbol de té: estudios en animales sugieren que el aceite de *Melaleuca alternifolia* es efectivo contra infecciones vaginales por cándida[40] y también en la cavidad oral (al hacer gárgaras con unas gotas diluidas en agua)[41]. El aceite de árbol de té no debe ingerirse, ya que puede causar efectos adversos graves como vómitos, diarrea y alucinaciones, y solo debe usarse externamente.[42] No recomendamos su uso en la zona íntima.
  • Extracto de ajo: inhibe la formación de biofilm por parte de la cándida, lo que facilita su eliminación y reduce su capacidad de desarrollar resistencia a los medicamentos.[43] También ha mostrado efectividad contra infecciones por cándida en la cavidad oral y la zona vaginal.[44] Según un estudio clínico, una crema vaginal que contenía ajo y tomillo fue igual de efectiva que una crema con clotrimazol.[45]

Paso 3 – Restaura tu flora intestinal para eliminar la cándida

El último paso consiste en restaurar la flora intestinal normal mediante la introducción gradual de fibra y probióticos. 

Entre las bacterias probióticas con efecto contra la cándida destacan *Saccharomyces boulardii*, *Lactobacillus rhamnosus* y *Lactobacillus reuteri*. Las dos últimas son especialmente efectivas para evitar que bacterias y hongos no deseados se establezcan.[46] Estas cepas están presentes en Flora Plus+. Un estudio canadiense de 2001 mostró que estas cepas restauraron y mantuvieron una flora vaginal saludable en mujeres después de solo un mes de consumo diario.[47]

En otro estudio de 2020, 20 mujeres con infecciones vaginales crónicas y graves por cándida fueron tratadas con un gel que contenía tres tipos de lactobacilos, incluido *L. rhamnosus*. El 45 % de las participantes lograron una curación completa.[48] Esta cepa también está presente en Flora Plus+.

Dado que una flora intestinal desequilibrada favorece el crecimiento de cándida y bacterias no deseadas, es fundamental mantener un estilo de vida saludable. Continúa con una dieta equilibrada y evita el estrés innecesario para reducir el riesgo de que la cándida vuelva a proliferar. Contacta con nuestro servicio de atención al cliente para obtener un protocolo gratuito contra la cándida.

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Ponte en contacto con nuestro servicio de atención al cliente en [email protected] para obtener consejos dietéticos gratuitos, así como otros consejos de autocuidado y protocolos de salud gratuitos que puedes seguir si sufres de cándida u otros hongos. Nuestros protocolos de autocuidado no deben utilizarse para diagnosticar, tratar o curar enfermedades. Son recomendaciones y sugerencias para el autocuidado que no sustituyen la atención médica convencional. Nuestros protocolos están dirigidos exclusivamente a adultos. Los complementos alimenticios no deben utilizarse como sustituto de una dieta variada. Es importante seguir una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable.

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